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      Mi querido y ya desaparecido amigo y periodista baja californiano, Pepe Merino, siempre que se iniciaba un sexenio de gobierno, comentaba con preocupación, que el mas importante nombramiento de un Presidente, era el del Secretario de la Defensa, pensando Don Pepe, en la lealtad y la institucionalidad del ejercito, a través de ese nombramiento.

     Hoy mas que nunca la preocupación del Sr. Merino es actual. Cuando Don Pepe hablaba de estos temas en finales de los 70, el narcotrafico y la violencia no eran problemas, ni en lo político ni en lo social ni en seguridad nacional. El ejercito participaba de manera rutinaria en lugares como Guerrero, Michoacan y Sinaloa, mas que nada para quemar plantíos de marihuana o amapola. Había critica, si, pero mas por su intervención, que algunos consideraban intimidatoria en las elecciones. En la actualidad el ejercito, obligado por las circunstancias de la violencia , del aumento del crimen organizado y la corrupción y falta de capacidad de la mayoría de las policías, tiene una presencia mas activa en todo el país, ya no solo en la búsqueda de plantíos o en el control de las armas de fuego, sino que en muchos casos sustituyendo a las policías municipales en la labor de prevención del delito, a las autoridades ministeriales en la persecución de los delitos federales, ademas de seguir cumpliendo las actividades propias de todo instituto armado. Estas actividades, que la verdad nadie quiere, ni ellos , los militares, han hecho que el ejercito mexicano sea mas expuesto a la critica, también a ser corrompido por las enormes sumas que la droga proporciona, que son pocos pero se han dado casos; a cometer exceso, que también los ha habido, por acción u omisión, como Llano de víbora, Tlataya o Ayotzinapa, o a asesinar civiles en los retenes, por error, si se quiere, por mencionar algunos temas. Esto ha ubicado a nuestro ejercito en las mira del análisis de propios y extraños. De manera normal, los secretarios de la defensa se abstienen de hacer declaraciones. Casi siempre sabíamos de su pensamiento a través de los discursos oficiales.

     En el caso del General Salvador Cienfuegos, actual Secretario de la Defensa, la situación ha sido distinta. Quizá obligado por alguno de los casos arriba comentados o por la presión internacional que ha emitido varias recomendaciones para sacar al ejercito del combate a la delincuencia, ha abandonado las anteriores formas y con gran frescura ha dado varias conferencias a periodistas televisivos, quienes, independientemente que siempre fueron muy a modo y evitaron tocar termas candentes o contra preguntarle al Secretario de la Defensa, permitieron que el General Cienfuegos se expresara sobre tópicos difíciles y en otros tiempos prohibidos. Este, el General fue siempre mas allá de la pregunta y creo que respondió muchas de las interrogantes que muchos nos hacemos. Me gustaron sus respuestas y como las dijo. Pero lo que mas me gusto fue la forma en que salvo la gallardía y la dignidad de este gobierno y casi diría del estado mexicano, al responder a las pretensiones y recomendaciones de asesores y funcionarios internacionales. En efecto, primeramente los llamados expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pusieron de rodillas al Gobierno del Presidente Peña al rechazar rotundamente la verdad histórica del Procurador Murillo en el caso Ayotzinapa.

 

     Nadie defendió el trabajo de la PGR ni el Presidente ni Murillo que es tan salidor. Tanto trabajo, tantos esfuerzos de la PGR, de expertos austriacos y de otros países fueron demolidos con algunas  lapidarias frases de los expertos, quienes ni siquiera presentaron su trabajo a las autoridades mexicanas, sino lo hicieron a la prensa. El Presidente, sin saber que hacer, de inmediato la acepto, sin ninguna recato, sin ninguna segunda reflexión; respondiendo directamente ademas, por un órgano del estado mexicano, el ministerio publico, que de entrada es independiente y autónomo al Presidente y su gabinete. Todo su gobierno temblor ante estas conclusiones. Después, tanto la Comisión Interamericana como el Alto comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, hicieron pedazos toda la política de derechos humano de México. Crisis de Derechos Humanos en todo México sostuvieron temerariamente. Con sorpresa observe como el Secretario de Gobernación de México era regañado y con timidez aceptaba los regaños. Quisieron hacer lo mismo con el ejercito y ahí toparon con pared. Con respeto y con energía el General Cienfuegos rechazo sus pretensiones de interrogar y regañar a nuestro instituto armado y les contesto que el únicamente respondía al Gobierno de México y a sus autoridades legitimas. Bravo General. Hasta que alguien saco la casta. Durante tres semanas sufrimos los embates exagerados de los organismos internacionales y casi todos los funcionarios mexicanos lo aceptaron porque eran extranjeros los que hacían las recomendaciones.

     Si reconozco que estos organismos internacionales pueden actuar en nuestro país, debido a los tratados internacionales que hemos firmado, pero sus actos son solo recomendaciones, que admiten prueba en contra, pero, pareciera hay sentido de culpa y falta de a talento en los miembros del gobierno, se amilanaron ante estas acciones, salvo la Secretaria de Relaciones Exteriores,quien, aunque timidamente, rechazo el tono de las recomendaciones. Como bien dice una amigo, no es la mentada de madre, sino el tonito lo que molesta. Por eso, aplaudo la postura valiente e institucional del General Cienfuegos. Bravo general, bravo.

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