Hace unos dias se celebro un aniversario mas del 2 de octubre de 1968, fecha la matanza de Tlaltelolco, en donde no solo murieron cientos de estudiantes y el gobierno mostró su cara represiva, sino que se inicio el quiebre del sistema autoritario mexicano y el surgimiento de una nueva sociedad. En efecto, este acto deleznable puso a descubierto la verdadera naturaleza del Presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, intolerante, autoritario, amante de la violencia y contrario a la disuasión. Sus acciones, sangrientas y represivas, en nombre de la salvación de la patria, darían paso, lentamente y con el tiempo, como reacción a esta etapa de violencia y represión, a una nueva sociedad, mas abierta, mas democrática y tolerante.
La sociedad mexicana de los 60, era conservadora, católica, contraria al cambio y a todas las nuevas influencias del momento. No aceptaban la minifalda, el rockanrol y por supuesto la democracia en todos los sentidos. Era cerrada , autoritaria, en la casa, el padre era todo ni los hijos ni la madre tenia el mínimo de derechos. En ese sentido la Presidencia de México se correspondía con ese estado de cosas. El Presidente era poderosísimo, su partido, el Revolucionario Institucional, era en los hechos un partido único, lo que le permitía al Presidente el absoluto control político y económico de México. Los sindicatos controlados, la prensa bajo sus ordenes, los empresarios engolosinados con las ganancias que les generaba el modelo económico diazordacizta, de ahí sus reacciones violentas y enfermizas en contra de un grupo de jóvenes con ideas distintas , que se atrevieron a retar a su autoridad. Se impuso mas el hombre que el Presidente, solo que este hombre tenia un enorme poder y sus reacciones fueron fatales para miles de jóvenes que se atrevieron a pedir un cambio.
A Díaz Ordaz se le puede aplicar el pensamiento de Carlos Monsivais, sobre otro tema, pero aplicable a este caso, «nuestros padres no podrían comprendernos, porque se amaban con las luz apagadas y las medias puesta» sostuvo Monsivais en su prólogo sobre poesía erótica norteamericana. Si, ese era el comportamiento de Díaz Ordaz, amaba, si es que se le puede catalogar de amor, a lo que sentía, pero en la clandestinidad y en la vergüenza, por eso no pudo comprender las pequeñas peticiones de cambio que le demandaba el movimiento estudiantil y, ante esa incomprensión y con su carácter violento e intolerante, surgió la violencia y la crueldad.
A partir de 68, la sociedad mexicana fue cambiando, lenta pero inexorablemente. Sí, ciertamente continua la desigualdad de la riqueza, los oligopólios mantienen el control de la economía, seguimos dependiendo , aunque en menor medida, de la inversión extranjera, la iglesia católica ha perdido mucho de su poder, han aparecido otra iglesias evangélicas, si bien los medios de comunicación, sobre tolos los principales, sigue a sueldo del gobierno, hay muchas voces críticas en todos los ámbitos, sobre todo en las redes sociales. También el gobierno y sus sentido de autoridad se transformo, hay mayor apertura al dialogo y a la critica. un ejemplo de ello , es el caso del Instituto Politecnico Nacional, precisamente sus estudiantes con sus pleitos de jóvenes, fueron el origen del conflicto estudiantil de 1968. Ahora, hace poco se declararon en huelga, rechazaron los reglamentos que las autoridades habían aprobado. Su movimiento llevo a la renuncia de sus directivos y establecieron un dialogo, abierto y franco, con el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, quien mostró una cultura de la tolerancia y el diálogo que era no posible imaginar en los años 60, antes del 2 de octubre del 68.
Publicado el día Martes 14 de Julio del 2015.