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Por fin se llevó a cabo el primer debate de aspirantes a la presidencia en la contienda 2018. Es el cuarto que tiene lugar desde que el aspirante a la presidencia, Luis Donaldo Colosio lo propusiera en 1994. El formato ha ido evolucionando, de aburrido a dinámico. En esta ocasión, el formato del debate funcionó. Los más agudos: los periodistas encargados de moderar la dinámica (Azucena Uresti Mireles, Denise Maerker Salmón y Sergio Sarmiento Fernández de Lara), con preguntas muy certeras y llenas de “jiribilla”.

AMLO

El problema es que son cinco candidatos, con un tiempo para responder de 2 minutos y 30 segundos; en este lapso es difícil expresar respuestas adecuadas a problemas complejos, como la corrupción, la inseguridad y la violencia y además responder a los ataques de los opositores.Tal como se esperaba, fueron todos y con todo contra el candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el puntero. “El Peje”, por su parte, se administró, se sabe ganador, como dijo él, “muy humildemente” y fue a demostrar carácter , afabilidad y tolerancia. Él fue a confirmar su ventaja de puntero y creo que lo logró. Todos se proclaman vencedores. No lo creo.

Para mi el ganador del debate fue el candidato del Partido Acción Nacional (PAN),Anaya Ricardo Anaya: claro, directo, buen orador defendió, atacó y propuso. En la polémica fue el mejor ¿Eso le servirá para ganar la elección? Lo dudo, sólo mostró que es polemista, creo que si acaso subirá unos dos puntos. El problema del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) José Antonio Meade es su institucionalidad. Su tono y su actitud fueron tradicionalistas. Fue el ejemplo clásico del niño aplicado que a nadie emociona, desde mi punto de vista, desperdició una gran oportunidad de crecer. Debió haber sido más audaz, habló nuevamente a la razón, al cerebro de los electores. No le ha caído el veinte que es una elección de emociones, no cerebral. Sí, es cierto, estuvo articulado y hasta puyas lanzó, pero siempre se mantuvo como defensor del sistema. En broma todos dicen que fue el único que ganó, pues ganó tres departamentos, los que “El Peje” le regaló. Creo que se caerá más en las encuestas. El Bronco, candidato independiente, intentó ser sencillo con propuestas espectaculares para que hablen de él. Particularmente espeluznante fue su propuesta de cortar la mano a los ladrones ¿Que querrá cortarles a los violadores, se preguntan? Es una propuesta grotesca copiada del sistema penal asiático. Se le olvida a El Bronco que parte del problema mexicano son los jueces locales, corruptos y obedientes de los gobernadores. Que ademas la Constitucion prohibe las penas infamantes y trascendentes. Se imaginan ¿cuánto manco inocente habría en el país? Para mí el Bronco careció de credibilidad, pero no de audacia y presencia escénica, seguro subirá algunos puntos.

 

Zavala

La también aspirante independiente Margarita Zavala, nerviosa , gritona, titubeante . Apuntando muchas veces con el amenazador índice, que todos los expertos de imagen prohíben. Con el script aprendido y punto. Un poco desaliñada, mal maquillada, dirá usted que este no cuenta, pero si cuenta, recuérdese el primer debate a colores Kennedy-Nixon, donde este último se presentó sin rasurarse y a colores la TV, Nixon se vio tenebroso. Margarita pasó desapercibida, seguro será mal calificada por los electores. A ambos panistas (Margarita fue panista)que criticaron la falta de investigación de los policías mexicanos y lo débil de las procuradurías, se les olvidó que la estrategia equivocada fue del ex presidente también panista, Felipe Calderón (esposo de Margarita), por darle todo el poder a la policía de Genaro García Luna, en detrimento de la Procuraduría. Nadie asumió esta pifia de un gobierno del PAN. Finalmente, vale la pena reflexionar que quien gana el debate, no siempre gana la elección, el triunfo más contundente en un debate presidencial, fue el del panista Diego Fernández de Cevallos sobre el priísta Ernesto Zedillo; de nada le sirvió ser el ganador, en la elección Zedillo lo aplastó. Todos dijeron que la estrategia actual de seguridad es un programa fallido. Todos Menos Andrés. Creen que se reducirá la corrupción con un fiscal anticorrupción autónomo. AMLO fue el único que habló de que se requiere voluntad política para reducirla. Yo coincido más con esta reflexión. De nada sirven buenas instituciones si falta compromiso del presidente, si falta voluntad política. Bueno, el debate fue buen ejercicio, en una campaña presidencial aburrida y falta de talento.

 

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