En 1978, con motivo del aniversario de la Constitución Mexicana de 1917, Jesús Reyes Heroles, quizá el último de los grandes ideólogos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a nombre de los tres poderes de la Unión, pronunció un magnífico discurso, que cimbró las conciencias de aquel tiempo y que hoy se ha actualizado. Decía Don Jesús: “ pensemos precavida y precautoriamente que el México Bronco, violento, mal llamado bárbaro, no está en el sepulcro; únicamente duerme, no lo despertemos, unos creyendo que la insensatez es el camino; otros aferrados a rancias prácticas”.. “ todos seríamos derrotados si despertamos el México Bronco… En este extraordinario discurso pronunciado por quien, en ese momento ostentaba el cargo de secretario de Gobernación, fue una reprimenda para el gobierno federal, los gobernadores y a todos los partidos. Convocó entonces a completar la democracia política con la democracia social. Sostuvo también que México no era botín de ningún partido y de ningún político, sin importar su partido. Convocó a estos últimos a evitar que una camarilla se perpetuase en el poder, pequeñas oligarquías que decidan las candidaturas y representaciones sin consulta. Resultó profético este discurso, el México Bronco ya despertó,
porque el PRI, se alejó de las causas populares y no supo o no quiso, completar la democracia política con la democracia social. Perdió sus banderas y principios y se convirtió en instrumento de una camarilla de corruptos que, actuando como aplaudidores del presidente, creen que México es su botín. De qué nos sirve que la macroeconomía del país sea muy buena, o que las reservas en dolares hayan aumentado considerablemente, o de qué sirve que se hable de grandes inversiones extranjeras en el país, o que haya muchos postores para la explotación de nuestro petróleo?, si el pueblo no se beneficia de estas acciones. Si no se refleja en la mesa de las familias o en los bolsillos de los mexicanos. Sí, hay grandes autopistas y aeropuertos, pero sólo benefician a una pequeña oligarquía de políticos y a los funcionarios que otorgan la obra y a constructoras, muchas de ellas extranjeras.
Si, hoy el México Bronco despertó y ha mostrado su coraje, su decepción, su rabia acumulada, su frustración por la manera en que se han manejado las cosas en el país los últimos 18 años. Si, la pequeña oligarquía que criticaba Reyes Heroles, hoy maneja arbitrariamente y sin consulta al pueblo, no sólo las candidaturas y representaciones, sino los jugosos contratos del gobierno. Si, este pequeño, pero poderoso grupo se ha apropiado del control absoluto del país.
De ahí las críticas severas en las redes sociales, las mentadas de madre a los políticos, los abucheos, las pedradas y el rechazo popular a es pequeña oligarquía , que a diferencia de Reyes Heroles, cree que México es un botín. Por eso se ha volcado a apoyar a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), porque ve en el no solamente la esperanza, sino la oportunidad de echar del poder a quienes han medrado y robado de las arcas públicas. Por eso el triunfo del PRI se ve improbable, porque ha dejado de ser el líder de la transformación del país y sólo representa a
un grupo de políticos del Estado de México que se creen dueños del país. Meade es un buen hombre, un excelente y capacitado funcionario, pero , aunque se diga falsamente ciudadano, va postulado por un partido que ha traicionado los ideales y principios básicos de la Revolución Mexicana, que le dio por muchos años base ideológica y horizonte democrático. Si el PRI ya no es el de Reyes Heroles, ni el de Colosio, mucho menos el de los ciudadanos y de las causas populares.
¿Cómo creerle a Meade que va contra la corrupción? cuando en el mismo acto de la presentación de su iniciativa, estaba flanqueado por varios de los principales corruptos del país. Cómo creerle a Meade, si se le acusa, con razón o sin ella, haber triangulado recursos hacia el PRI, a través de universidades, empresas fantasmas o gobiernos estatales. Dineros que nunca llegaron al PRI, porque se quedó la mayor parte en manos de los intermediarios, mismos que acompañan con gran cinismo a Meade en su campaña. Cómo creerle a Meade, si no puede criticar ninguna política de Peña Nieto,
porque está maniatado por la disciplina impuesta por Videgaray o por Nuño, quien por cierto es el candidato sustituto, si algo le pasará al principal, porque sería el único que cumpliría con los requisitos constitucionales para ser presidente ¿Cómo creerle a Meade? si el es el artífice de los aumentos, del gasolinazo o de las grandes aportaciones sin control a los gobernadores ¿Cómo creerle a Meade? cuando a través de los recursos federales condiciona a los gobernadores de oposición a bailar al son que le toquen desde la secretaría de Hacienda ¿Cómo creerle a Meade? cuando su partido postula para senador a la gente que el Presidente Peña quiere proteger a través del fuero de legislador. Por estas y muchas cosas más, el PRI está desprestigiado, sin banderas, sin liderazgo. Cómo creerle a Meade, cuando está rodeado de tecnócratas sin sensibilidad y panistas resentidos, sin valores y sin autoridad moral ¿Y los políticos del PRI? esos están en la banca o de aplaudidores cerca del candidato, esperando a que los voltee a ver, para aplaudirle a rabiar, conformándose con las migajas que les avienten los jóvenes tecnócratas sin compromiso con México y sin emoción social. Si, Don Jesús Reyes Heroles, la camarilla oligárquica que nos gobierna despertó al México Bárbaro, al actuar pensando que México es su botín.
Publicado el día Miércoles 31 se Enero de 2018.